La crisis de la economía española, por la concurrencia
de varias causas, crisis financiera y económica nacional e internacional,
recesión económica y sobreendeudamiento de muchos países de la zona euro (entre
ellos España), el exceso de oferta y la hipervaloración de los inmuebles – la
burbuja inmobiliaria - sostenidas
durante años por una política de dinero barato para sostener, artificialmente,
la economía, impulsando un mercado crediticio en continua expansión que ha
contribuido a un irresponsable endeudamiento, unido a un fuerte aumento del
desempleo (en el primer trimestre de 2013 superó los seis millones de personas,
y una tasa del 27,16%) han provocado la dificultad cuando no imposibilidad de
muchos ciudadanos de hacer frente al pago de los préstamos hipotecarios
contratados en la etapa previa de bonanza y de crecimiento.